lunes, 9 de marzo de 2009

LA CESION DEL TOMATE Y LA AVENTURA DEL CHIMICHURRI PLAYERO


El Tomate es una fruta con un alto contenido de vitamina B-1, B-2, B-5 y C, rica en Carbohidratos y Betacaroteno, un antioxidante natural.

No conozco a nadie que de una manera u otra no lo consuma, es un ingrediente esencial en la cocina Italiana, la pizza y la pasta en todos sus tamaños, modelos y colores se combinan, los Gringos que no son nada pendejos lo incorporaron a los hamburguer y nosotros los Dominicanos que no nos quedamos atrás a nuestros Chimis (emparedado de Chorizo o salchicha criolla, consumibles exclusivamente de manera nocturna estando bajo los efectos de ebriedad extrema).

Son súper saludables, de no ser que sufras una extraña alergia o tengas problemas de gastritis, es imposible que esta fruta te cause algún problema, lo cual es ampliamente corroborado por la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.).

Esta premisa es casi infalible, salvo el hecho de que yo (un servidor) esté involucrado, jejeje, les cuento.

Semana Santa 1994, los sospechosos usuales, un grupo compuesto por 9 semi-mozalbetes recién salidos de la pubertad, todos muy peculiares, El moreno, El lechón, Cabeza, El Flea, El TolETEe, El FonquETE, El TrinquETE, El Mero (yo) y otros más, planeamos un viaje a Las Terrenas para hospedarnos en una casa de playa que tenía la familia de uno de ellos.

A principio de la semana hicimos una colecta y entregamos una suma indeterminada de dinero a uno de los tigres, éste se encargaría de adquirir en el supermercado la comida con la que nos alimentaríamos durante ese fin de semana de asueto obligado.

Llegó el miércoles por la tarde, día indicado para nuestra partida, empaqué mi equipaje, dos trajes de baños, varios t-shirts, ropa interior, cepillo de dientes, unas chancletas, unos jeans, gorra, tenis blancos y desodorante (el KIT KAMASUTRA aun no existía).

Como siempre he sido muy cauto, antes de salir previendo que la comida no fuera suficiente, desvalijé la nevera y despensa, llevándome todo el queso que encontré, un paquete de salchichas de hot dogs, un empaque con jugo de naranja, una funda de pan y una caja de corn flakes.

Llegué al punto de encuentro y salimos en una caravana en tres vehículos con rumbo a nuestro destino.

Tomamos la ruta por Piedra Blanca en Bonao y nos detuvimos en un colmado (tienda de abarrotes) a comprar un par de cervezas para refrescarnos, el Flea y yo como no tomamos Ron aprovechamos para comprar una botella de whiskey del más barato que encontramos.

Tras varias paradas idénticas a la anterior, finalmente llegamos a nuestro destino. La casa era enorme, estaba frente a la playa y no le faltaba nada. En ella de manera permanente habitaba una familia de esas humildes que hacen las veces trabajadores (criados), quienes estarían a nuestro servicio durante la estadía.

Estos señores se encargaron de sacar nuestras maletas y distribuirlas en las diferentes habitaciones, arreglar las camas y abrir todas las ventanas de la vivienda.

Al verlos en eso se me despertó la fibra de bondad que a veces sale a flote en mi, con la intención de donarles la comida que había sustraído de mi casa, le pregunté al amigo que se había encargado de hacer la compra si había cumplido con su encomienda.

Este sonriendo me dijo que si, que no me preocupara, que todo estaba comprado y no faltaría nada de nada, dicho esto confiado en sus palabras le regalé a la familia que nos atendería toda la comida adicional que había llevado.

Una vez instalados nos embarcamos en la actividad que sabíamos hacer mejor, BEBERRRRRRRR.

Ya avanzada la noche, luego de agotar el whiskey lava gallo que el Flea y yo habíamos comprado nuestras tripas sonaron y el hambre del borracho se hizo presente.

Por ello, ambos nos fuimos donde el pana que había hecho la compra y le preguntamos por ella, la nevera de la casa la cual habíamos inspeccionado previamente parecía una pecera (solo tenía agua).

El tipo se incorporó y muerto de la risa nos dijo, “esperen aquí que ahora vuelvo con la compra”, desapareció tras la puerta de su habitación emitiendo una carcajada continua que nunca acabó, regresando con un huacal de Coca Cola y sobre éste una caja completa de 24 botellas de Brugal Añejo, nos miró a la cara y dijo “He aquí la compra, fue a beberrrrr que vinimos”

Yo me quedé perplejo, me quejé, patalee como un niño y lo maldije como lo haría una Gitana, no solo por la burla al haber gastado todo el dinero de la compra en Ron (el cual by the way nunca consumo), sino que también por haberme inducido con su certeza de la tarde a regalar toda la comida que me había robado de mi casa.

Los demás borrachos que componían el grupo al percatarse de los hechos aplaudieron el gesto de nuestro amigo y se unieron a él en un ataque cerrado de hilaridad, aparentemente ellos eran cómplices en éste atentado contra la moral y buenas costumbres (con la comida no se relaja).

Pasado el coraje mis tripas seguían sonando, el Flea y yo decidimos a esas horas de la noche (4:00 A.M.), iniciar una aventura culinaria rumbo al pueblo.

Las Terrenas de ese entonces no era ni la sombra de lo que es hoy, en esa época solo había un hotel (Portillo), cero restaurantes y una sola discoteca, nuestras posibilidades de encontrar algo decente para comer eran nulas.

Antes de continuar debo hacer un paréntesis para describir a mi amigo el Flea, es un tipo rubito, blanco, con los ojos azules, súper fino, descendiente de catalanes, mide y por eso su apodo (el Flea en castellano la Pulga) la astronómica estatura de 5’1”, pesa mojado y con jeans como 120 libras, quien como todo borracho enano cuando está pasado de tragos se cree mas grande y fuerte que Chewbacca el de Star Wars o Hulk el Hombre Increíble.

Llegamos al pueblo, pasamos frente al cementerio y vimos la única discoteca abierta y repleta, frente a esta nos estacionamos.

Estando allí observé que fuera de dicho centro nocturno, habían estacionados al menos 150 motocicletas Honda C-70, presumiblemente propiedad de los nativos.

Si hay una cosa que he aprendido en mis años de tigueraje callejero es que la peligrosidad de un lugar es directamente proporcional a la cantidad de C-70’s que existan en los alrededores, por lo que hecha la estimación me di cuenta de que no estábamos en una zona muy segura.

Bueno…, estábamos famélicos y teníamos que comer, por suerte justo al lado había un carrito ambulante donde en plena calle cocinaban y vendían chimi’s y hamburguesas.

Nos dirigimos a allí donde nos confundimos con la muchedumbre que al igual que nosotros estaban hambrientos y pedimos dos hamburguesas.

Todos los comensales estaban atentos a nuestros movimientos, era muy poco común que “Los Turistas” en este caso nosotros, se mezclaran con ellos en este foro de degustación culinaria.

Estando en ésta extraña dinámica a fin de evitar cualquier confrontación producto de un cruce no deseado de miradas, me dediqué a observar nuestra comida, estando en ello me percaté de que la carne de nuestras hamburguesas a pesar de que por el tiempo transcurrido debían estar completamente cocidas no habían cambiado de color, permanecían rojas como la sangre, creo que si le hacíamos un examen de laboratorio es muy probable que tuvieran más harina que el pan que las iba a acompañar o en el peor de los casos no era carne de vaca.

Simultáneamente mi amigo el Flea, haciendo un correcto uso de su jumo, pues las borracheras según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española son para necear, ponernos tontos y abstraernos de la realidad, le repetía al cocinero una y otra vez, “mi tomate se lo das a él” “MI TOMATE SE LO DAS A EL” mientras señalaba al tipo (un nativo) que estaba frente a el.

En ese momento ante la actitud del Flea, el tipo al que le quería regalar su tomate se volteó y amenazadoramente le dijo “TU NO ME TIENE QUE DA TU TOMATE A MI, YO SOY UN JEVO DE SANTIAGO, YO ME CRIE A LA VERA DEL MONUMENTO Y SE MA QUE TU DE CHIMI Y JAMBURGUE, ASI QUE NO ME DE TU TOMATE QUE YO TENGO DINERO PA COMPRA MI TOMATE!… OITE?”

El Flea creyéndose Hulk Hogan le pegó un empujón al pobre infeliz, al ver esto solo atiné a poner mis manos sobre la cabeza y pensé “NOOOOOO ESTO NO ME PUEDE ESTAR PASANDO A MI”.

Todos los nativos que estaban ahí se abalanzaron sobre nosotros, alguien salió corriendo y llevó la noticia al interior de la discoteca la cual se vació, uniéndose los borrachos a la turba.

Yo halé al Flea por el cuello de su camisa y salí huyendo con él, lo metí en su carro, las ruedas chillaron y en bola de humo corrimos por nuestras vidas.

Llegamos a la casa con la misma hambre, el jumo con el susto se nos había pasmado, les contamos el cuento a los muchachos y ellos en su éxtasis etílico se burlaron sin parar.

Al cabo de media hora se acercó el señor que hacía las veces de sereno (celador), quien con una bolsa de papel con motas de grasa en manos nos requirió que le diéramos la suma de RD$30.00, eran nuestras hamburguesas, la mía con todo y la de el Flea sin tomate, el cocinero al marcharse a su casa decidió entregarlas a domicilio, no se como diablos sabía donde nos estábamos alojando.

Para no cansarles el cuento, esa Semana Santa pasamos hambre de la buena, la comida en el pueblo quedó prohibida para nosotros por el resto de ella y el tomate entró en mi lista de los alimentos perjudiciales.

FIN

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Como ese verdugo pensó que podían pasar la semana entera solo atento a brugal sin nada que comer?

Bárbaro!!!

http://angelantonio.ws

Hana Vásquez dijo...

yo me imagino que tu no le hablas al gracioso del Brugal y Coca Cola...!! osea a quien se le ocurre.

y al menor del tomate meno!!! por necio!!!

Rosita Colorful dijo...

que risaaaaa jajajaja desde los apodos hasta el boche del santiaguero ahi todo me dio risa jajajajaja imaginandome como todo transcurria y lo precario que era las terrenas para ese tiempo!!

Themys Brito dijo...

Muchacho, pero tu si has pasado por cosas. Justo cuando creo que no puedes superar la historia anterior, vuelves con otra locura de aventura. Me matas de la risa.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Oye, como yo me rei con esta historia!! Yo se lo que es andar con hambre de madrugada, con un jumo del diablo en un pueblito donde no conoces a nadie...ah! los buenos tiempos!!!! -M-

Lola Vásquez dijo...

No se que me ha dado mas risa: si la introduccion de las propieades del tomate (me parecio tan chistoso!!) si la hazana de comprar alcohol y ni ji de comida o si lo de la pulga y su lio...

Que risa me dan tus anecdotas, te cuidas!

Anónimo dijo...

si me hubiera pasado a mi le pego lo primero que encuentre en la cabeza, (menos la caja de brugal... mejor q corra la sangre que el alcohol..!!), porque el que juega con mi comida es hombre muerto!..

Lio dijo...

Que te puedo decir yo, a parte de que la historia ha de ser inolvidable, la experiencias queda grabada para el fin de los tiempos.

Anónimo dijo...

jajjaja, yo me imagino que quille mas grande...yo se lo que es estar ajumao y con hambre, lol...

Juan Ml. Ramirez dijo...

jajajaja

Hacia mucho que no me reia tanto!

Cesh! dijo...

Osea..yo todavia no entiendo la tematica de tu vida! o talvez sera que no entiendo como es que puedes estar asi vivito y coleando con tantos disparates que te acompañan el rastro... jajajaja!
Esas cosas solo a ti te pasan