sábado, 27 de diciembre de 2008

THE DAY AFTER PARTE II (JOHN DOE)

Era un miércoles cualquiera, salía aburrido desde la oficina y decidí tomarme el trago de reglamento que suelo beberme después de un mal día de trabajo.

El lugar ideal, mi Home Ground el “Steak House Café”, con cuyo dueño Don Eduardo, mantengo una buena relación de amistad/trabajo.

Entré al lugar y Fernando el mesero Mocano/Aguilucho de confianza me espero con el trago de Dewars 12 a las rocas (doble), con el que suelo inaugurar mis jornadas etílicas.

PARENTESIS: Sobre esta bebida debo acotar y sin que mis amigos de la casa licorera que la importa a mi isla tengan que pagar publicidad, entiendo que es el elixir perfecto para descomprimir las vicisitudes de cualquier laaaaaaaaargo día.

Por ser miércoles y haber pasado ya el Happy Hour, el lugar estaba semi-vacío, me senté en la barra y me dediqué a disfrutar de la música “La ciudad de La Furia” en la atmósfera, todo estaba casi a punto, solo restaba una dosis de buena compañía para que el momento fuera perfecto.

No hubo que esperar mucho pues en una mesa distante había una mujer solitaria, su cara se me hizo familiar, no tenía compañía y al parecer estaba bien aburrida.

Con mi trago en la mano me acerqué, pude comprobar que si la conocía, ella había cursado estudios en el mismo colegio que yo y aunque era un año menor, supe por la sonrisa de su cara al verme que yo no le era indiferente.

Me saludó, por lo que inmediatamente tomé asiento, pedí un trago para ella y nos pusimos a conversar.

Me contó que vivía fuera, que estaba de visita y que se encontraba bien aburrida.

Entre conversación y conversación, no se como diablos terminamos hablando sobre sexo, pues como dije anteriormente, apenas la conocía y no tenía esos niveles de confianza con ella, lo cual es sorprendente dada la timidez extrema de este gordito suertudo y apretao.

No recuerdo bien que fue lo que le dije, debió ser algo muy fuerte por la reacción que ella tomó.

Ella ante una de mis insinuaciones me respondió literalmente,
“Hayyyyy no me digas eso que hace 20 días que no me hacen na…”
Yo abrí los ojos como dos medios pesos y en broma tomando prestado el grito de guerra de Juan Lamour, cuando al anunciar su programa de TV decia “Ese caso lo tenemos" la invité a salir.

Enfilé con el Pegote por la Autopista 30 de Mayo, como dice la canción que habia escuchado en el bar rumbo a la Ciudad de La Furia (LOS MOTELES).

Les copio la letra para que se hagan una idea:

EN LA CIUDAD DE LA FURIA
SODA STEREO


Me verás volar
por la ciudad de la furia
donde nadie sabe de mi
y yo soy parte de todo

Nada cambiará
con un aviso de curva
en sus caras veo el temor
ya no hay fábulas
en la cuidad de la furia

Me verás caer
como un ave de presa
me verás caer
sobre terrazas desiertas

Me desnudaré
por las calles azules
me refugiaré
antes que todos despierten

Me dejarás dormir al amanecer
entre tus piernas, entre tus piernas
sabrás ocultarme bien y desaparecer
entre la niebla, entre la niebla…


En ese momento Fernando Alonso era una M al lado mío, por la velocidad el tacómetro del Pegote limitaba en la zona roja del tablero, al tiempo de que la brisa marina se metía por el cristal de la puerta.

Llegamos a la cabaña, se cerró la puerta, ella entró y manipuló con destreza todos los controles, encendió algunas luces, puso una peli sucia en la TV, hizo funcionar el Aire Acondicionado, definitivamente por su experiencia en este tipo de establecimiento se notaba que no era novata.

Luego de estas preparaciones, se tiró sobre mi y replicamos todas la escenas y posiciones de un libreto de película porno.

No tengo que contarles que era toda una demonia, me hizo unos números desconocidos por mi, al terminar me dejó como un vagazo de caña seco sobre la cama.

En ese momento un sentimiento de culpa se apoderó de ella, pues con los ojos aguados dijo en voz alta, “Yo soy una loca, NI TU NOMBRE ME SE” ¿Cómo te llamas?

A mi se me hizo súper cómico, me rei y le respondí que mi nombre era JOHN DOE, nombre asignado por los servicios de emergencia, policía y hospitales de Estados Unidos, cuando reciben una víctima no identificada.

La tipa era tan loca que no le importó que no me identificara correctamente, simplemente enarboló una sonrisa cínica y se dirigió a buscar su cartera de la cual sacó una bolsa de papel con un contenido desconocido.

Ya en la cama saco otra bolsita esta vez de plástico y unos papelitos y me preguntó:

¿Quieres uno?

Yo la miré escépticamente, no creía lo que estaba sucediendo… me estaba ofreciendo Mariguana.

Me puse frenético, pues yo en mi vida entera ni un Marlboro me he puesto en la boca y no es que sea el más strait o cerrado de mente de la tierra, es más tengo amigos de infancia que consumen sobre bases regulares, a mi simplemente esas vainas no me gustan, yo con whiskey tengo! NUNCA HE NECESITADO MAS!

Todo el que vive en este país sabe que te encarcelen por un chin chin de droga es más fácil que caer preso por robarse RD$1,000,000,000.00 sino pregúntenles a nuestros amigos del PLAN RENOVE!

Yo cagao de miedo y ella fumando, el olor del Joint que mi amiga se estaba fumando se esparció por la habitación y trascendió los límites de esta.

De repente, el teléfono de la cabaña sonó, una voz con acento oriental al otro lado de la línea me preguntó ¿Qué utede tan haciendo ahí? ¡Huele raro!! LA POLICIA VA PA ALLA!

Me puse la mano en la cabeza y grité “ESTO NO ME PUEDE ESTAR PASANDO A MI” La imagen de este gordito (un servidor) tras las rejas, mi viejo al otro lado creyendo que soy un tecatón y mi madre llorando se proyectaron en mi mente…

Ahí fue cuando le grité APAGA ESA MIERDA! Tomé la bolsa donde la tenía y salí corriendo al baño para descargarla en el inodoro.

La tipa se puso guapa y casi me ataca, yo me cambié lo más rápido que pude y le pedí que nos fuéramos.

Como ella estaba molesta conmigo me dijo que no, la puerta sonó y la miré al preguntarle si tenía más, por suerte la respuesta fue negativa.

Abrí y en el umbral de la puerta se encontraba un cabo vestido de uniforme, a quien luego de una conversación le di RD$500.00, al tiempo de que le afirmaba que no había drogas en la habitación, este tomó el dinero y se marchó, tras el como lo haría el Corre Caminos salí yo, dejando atrás a mi amiga quien creo se quedó a devorar unos munchies y echarse una siesta.