martes, 11 de noviembre de 2008

I AM PREGNANT PART II

Llegó el día, metimos en el carro todas las cosas, la sillita de bebé, las maletas, la canastilla, miles de pampers, el extractor de leche y salimos en procesión rumbo al hospital.

Llegamos al Centro Médico Dominicano, preguntamos por el Doctor y nos hicieron pasar a la sala de emergencias, la de pre parto estaba llena y debíamos esperar.

Estando en emergencias, se desató un griterío, las tías y la mamá estaban festejando a priori el nacimiento de su primera nieta, repartían galletitas, tomaban café, bailaban, distraían a los médicos, solo faltó un radio de pilas para hacer de ese sitio el mercado de productores de la Mella.

Todo el mundo se volteó en nuestra dirección, doctores, enfermeras y pacientes, solo nos miraban, mientras yo me derretía de vergüenza y escuchaba en mi cabeza la frase que dice ESTO NO ME PUEDE ESTAR PASANDO A MI!!!

De repente entró el salvador del pudor y las buenas costumbres, era el encargado de seguridad de la clínica, quien manu militari recobró el orden de la sala y sacó a todo el vivo que no fuera pariente en primer grado, nunca creí que agradecería tanto los servicios de un guachimán.

La calma retornó y nos dedicamos a esperar.

Como a los 20 minutos llegó el doctor con su ropa de jugar golf, aparentemente tenía planes para más tarde, éste nos explicó cual sería el procedimiento, como ella no estaba dilatando debidamente y la bebé estaba en posición le darían un medicamento para inducir el parto.

Me pusieron a firmar mil papeles y comenzó la odisea, el doctor se fue a su consultorio y dio órdenes de suministrar los medicamentos.

Ya había pasado una hora y aun estábamos en la sala de emergencia lo cual no era mucho de mi agrado porque a mi esposa le habían hecho cambiar su ropa por una bata verde sin nada abajo, algo poco divertido para mis estandares.

Cada 30 minutos venía un HP enganchao a médico aun con bozos vírgenes y espinillas en la cara y le media la dilatación TU SABE LO QUE ESO??? UN CARAJO A LA VELA PONIENDOLE LA MANO A LAS VAINAS DE UNO… ta fuerte!

Pero nada ese era el proceso y había que agotarlo.

Como nos encontrábamos en la sala de emergencias, estábamos expuestos a las cosas insólitas que suceden allí, noté que a raíz de una llamada de teléfono el salón se transformó en un hormiguero, los menores de edad que hacían las veces de doctores se pusieron nerviosos, abrieron las puertas, sacaron instrumentos, aparatos y se pusieron en expectativa, parecía un episodio de ER, waoooo.

De repente escucho el ruido que produce una sirena de ambulancia, un frenazo y el movimiento apresurado de los paramédicos empujando una camilla, quienes entraron a la sala con su paciente acostado boca abajo sangrando profusamente desde su trasero, SHIIIIIIIIITTT

Resulta que el tipo a quien a partir de este momento llamaré JOSE SADOSA (por SANITARIOS DOMINICANOS, S.A. la marca de inodoros, orinales y bidets) estaba en el baño de su casa practicando con su mujer un par de piruetas sexuales, cuando resbaló en un charco de agua y cayó explotado sobre el inodoro quebrandose en mil pedazos que quedaron esparcidos en toda su anatomía posterior.

El carajo gritaba y gritaba, los doctores sacaban cerámica del culo del tipo, como estaban tras la cortina y no podía ver, solo escuchaba los pedazos al caer dentro de un cubo que dispusieron a su lado.

Ese trajín en ejecución llegaron los enfermeros del Departamento de Obstetricia y finalmente nos hicieron pasar.

Yo me fui un poco guapo porque como pendenciero al fin quería conocer el desenlace del episodio de ER que el señor JOSE SADOSA esta interpretando tras bambalinas, pero nada mi cita con la paternidad me estaba llamando y debía asistir.

Subimos a la sala de pre-parto y me quedé sorprendido ya que el séquito de tías se las había ingeniado para burlar la seguridad y esperarnos allí.

Ya sabrán, la bulla, el drama y el show y yo podrido…

La entraron al salón, le conectaron un monitor cardiaco a la panza, estando ahí fue cuando empezaron las contracciones y dolores, ella solo me gritaba malas palabras y me decía que me fuera, yo mas asustado que Luis XVI en 1793 observando la guillotina.

Llegó el doctor, ahora con el disfraz verde y un gorro quirúrgico de Santa Claus muy alusivo a la epoca, se sentó a su lado y mandó a sacar a mi suegra ya que ella estaba gritando más que la pobre parturienta.

Súbitamente el monitor de la panza comenzó a sonar menos y menos, el doctor arrugó la frente y puso una cara de urgencia, me pidieron que esperara fuera y se la llevaron al quirófano.

Era una cesárea de emergencia, la niña se había enredado en su cordón umbilical y su ritmo cardiaco había comenzado a disminuir.

Ya se imaginarán el juidero que se armó, yo súper preocupado y mi suegra peleando porque la dejaron con la cámara de video en la mano y no le permitieron entrar.

Al cabo de 30 minutos salió el doctor y dio la noticia, todo estaba bien y ya podíamos pasar, entré y vi a la pobre madre destruida diciendo cosas incoherentes por efectos de la anestesia y su lado el ser mas lindo que había visto hasta ese momento, (pues como sabrán tengo dos (2) hijas igual de lindas), era Andrea Michelle, estaba rosadita, gordita y sana.

Al salir de allí sentí como la vida me había cambiado, ya era un hombre y estaba feliz!!!

Es increíble como el mejor día de mi vida, al mismo tiempo podía ser el peor de la vida del pobre José Sadosa… jajaja

Andrea está por ahí, hoy ella y su hermana son el sol que calientan mi existencia y me hacen seguir… FIN