viernes, 30 de abril de 2010

HOMBRE DE BIEN


Resulta curioso el hecho de que la valoración de la bondad o valía de un hombre venga determinada por criterios puramente subjetivos.

Esta aseveración a razón de algo bien curioso que me sucedió hace un tiempo.

Todo el que sigue este blog o me conoce, sabe que tengo un amigo que vive en Puerto Rico y que el hecho de que se encuentre en el extranjero ha permitido que ambos estemos vivos, pues es la persona con la que mas alcohol he tomado…

Mantengo el recuerdo fresco de una de sus visitas a razón de la celebración de la “semana” de despedida de soltero de su compadre E. un tipo muy similar a el en cuanto a sus gustos por las sustancias destiladas, las mujeres con perfume fuerte y la noche y por tanto un alter-ego mío.

Estos carajos llegaron, salieron del aeropuerto, les fueron entregadas sendas cervezas presidente y la fiesta comenzó…

Todo había sido debidamente planeado, desde los lugares a visitar, las actividades, las personas invitadas y las provisiones alcohólicas, no quedó ni un solo cabo suelto que evitara que E., ese amigo entrañable gozara de una despedida de soltero como debe ser.

Yo creo que las despedidas de soltero tienen su nacimiento en la vieja costumbre de otorgarles un último deseo a aquellos condenados a morir.

Si lo piensan bien es bastante altruista o noble tatuar con un buen recuerdo la mente de aquellos en cuyo monitor de vida próximamente aparecerá la frase “GAME OVER, INSERT COIN” una vez el padre, ministro u oficial del Estado Civil dicte su sentencia lapidaria declarándolos MARIDO Y MUJER.

Por ello fuimos a todos los bares de la ciudad, nos tomamos el mundo, no quedó gota de alcohol disponible y eso que solo era el primer día, las actividades de los subsiguientes no pueden ser publicadas…

Bueno…, eran las 2 de la mañana, ya ebrios, los tres decidimos ir a ese lugar de sano esparcimiento familiar, esa casa llena de moralidad donde solo trabajan las mas finas, educadas y recatadas niñas de la sociedad, EL DOLL HOUSE… (UN PUTICLUB).

Estacionamos el Pegote (MI CARRO) y luego de pasar un detector de metales y ser manoseados por un moreno gigante entramos.

El lugar llenaba las expectativas, frente a nosotros el tubo donde una niña de coro de iglesia hacia algunas piruetas con el atuendo propio de este tipo de actividad (NADA).

Nos sentamos, pedimos más tragos (COMO SI EL CUERPO AGUANTARA O NO ESTUVIERA YA SATURADO) y me puse a recrear la vista mientras mis amigos estaban ayudando financieramente (Tirando dinero, colocándose en la tarima, etc...) a estas pobres niñas de familia.

En este discurrir nos dieron las cuatro de la madrugada, por esta razón pedimos la cuenta, la cual llegó mas rápido que la eyaculación de un gallo, sacamos nuestras carteras, presentamos nuestras tarjetas de crédito, solo para recibir la gran noticia de que no podíamos pagar con ellas.

Como comprenderán ninguno de nosotros poseía efectivo, pues todo el que cargábamos cuando llegamos fue donado a esas pobres infelices que no tenían ni para comprar ropa, razón por la cual me encomendaron la misión de ir a un cajero automático para sacar dinero, mientras ellos se quedaban en compañía de Willie Macana y Amansa Guapo, dos (2) enormes muchachos de seguridad.

Así lo hice, tomé el Pegote (MI CARRO), activé el piloto automático y por instrumentos pues el jumo no me daba para mas llegué a un cajero que hay en un centro comercial en las cercanías.

Entré el vehículo en el estacionamiento, utilicé el cajero (LA MEMORIA HUMANA ES INCREIBLE, FUNCIONA HASTA EN SITUACIONES DE DESVENTAJA COMO UN JUMO EXTREMO, PUES RECORDE MI CLAVE) y cumplí con mi misión.

Me subí al Pegote de nuevo, puse la reversa, aceleré un poco y CATAPLAAAAAN choco con algo.

Al sentir el golpe subo mi cabeza y miro por el espejo retrovisor solo para darme cuenta de que en el horizonte que se desdibujaba a través del reflejo solo se veía un vehículo blanco, con unas centellas rojas sobre su techo en cuya puerta se leía POLICIA NACIONAL…

¡NOOOOOOOOOOOOO ESTO NO ME PUEDE ESTAR PASANDO A MI!

3 segundos mas tarde ante mi se encontraba la figura de un corpulento cabo de la institución del orden que me exigía bajara el cristal.

Al hacerlo puedo jurar que olió el aroma que despedía mi vehículo, pues puso cara de pepinillo (CARA DE RECHIN, CARA DE AGRIO) cuando sostuvimos esta conversación:

YO: offficcciiial buena nochesss.
POLICIA: USTED ESTA PRESO, muy preso…
YO: PREEEEEEEESO?
POLICIA: SIIII PRESO POR ESTAR EBRIO Y CHOCAR LA PATRULLA;
YO: NO ES VERDAD QUE ESTOY BORRACHO… (EL LITRO DE CHIVAS POR MITAD QUE TENIA A MI LADO NO ME DEJABA MENTIR… SI SOLO ME HABIA TOMADO LA MITAD DE UN LITRO… ¡CARAMBA QUE CALUMNIA!)
POLICIA: USTED ESTA PRESO, SALGA DE AHÍ;
YO: YO NO TOY PRESO;
POLICIA: QUE SI QUE USTED ESTA PRESO;
YO: QUE NOOO, USTED VERA QUE NO…;
POLICIA: SALGA DE AHÍ… VENGA PA PONERLE LAS ESPOSAS;
YO: QUE NO ESTOY PRESO… LE DIGO;
POLICIA: SALGA LE ORDENO, USTED ESTA PRESO;
YO: TU VERA QUE YO NO ESTOY PRESO NA… LLAME AL JEFE DE LA PATRULLA!
POLICIA: SARGENTO… VENGA QUE ESTE BORRACHO NO QUIERE ENTENDER…

Ante mi se presentó el sargento, le di la mano para saludarlo y al retirarla le deje caer una papeleta de RD$1,000.00, fue cuando escuché la frase mas sensata de toda la noche, cuando este dijo:

“Cabo ¡Carajo! ¿Qué es lo que usted esta molestando a este ciudadano? NO VE QUE ES UN HOMBRE DE BIEN…”

Al parecer el Sargento si sabía distinguir a la gente y separarla de los criminales y borrachos...

Lo mejor fue que no solo me dejaron en libertad conduciendo mi vehículo bajo los efectos, sino que incluso me escoltaron hasta el Doll House… jajaja

No se si este tipo de cosas sucedan en otros lugares, lo que si está visto es que nuestra institución del orden sabe como cuidar a los ¡HOMBRES DE BIEN! ¡QUE VIVA LA POLICIA NACIONAL!!!