lunes, 4 de agosto de 2008

TARZAN DE LOS MONOS & LA FRICCION DEL BEN-GAY INCANDECENTE

Antes que nada, solo para que no se confundan, debo aclarar este relato fue simplemente presenciado por mi, no soy el protagonista, quedó claro???

Era una tarde normal de un verano a finales de los 80’s, yo y la trulla de Gazcue estábamos en la esquina de la casa de Marino buscando oficio para ese día.

Luego de discutir un poco sobre que hacer, tomamos nuestras bicicletas y enrumbamos a la Plaza de la Cultura, la cual se encuentra a cinco (5) cuadras de distancia de allí.

Esa tarde entramos gratis a todos los museos, esto por ser menores de edad y estudiantes de escuela.

Vimos el esqueleto de la ballena, las tasas e instrumentos de los Tainos y hasta a la sala de la luna entramos.

Fue una tarde cultural y educativa no muy común en nosotros, debo decir que nos portamos súper bien, no se rompió ninguna pieza y el eco-loco (Joselito) no se robó nada, por lo que no hubo problemas con las autoridades.

Tras agotar nuestra gira tomamos nuestras bicis y comenzamos a recorrer la parte interior de la Plaza.

Anduvimos todos sus jardines y terminamos agotados tirados en unos banquitos que se encontraban dispuestos del lado de la calle César Nicolás Penson.

Allí el malvado y temido J.M.G. divisó un árbol del cual colgaban unas ramas con aspecto de lianas, como las de Tarzán en la película.

Antes de seguir, quiero hacer un paréntesis para explicarles el aspecto del amigo J.M.G., el cual para esa época era bastante atemorizante, tenía una actitud de malón, sus mascotas siempre eran serpientes y cosas por el estilo, con su gran boca intimidaba a cualquiera, tenía el pelo largo, siempre traía una camiseta con un cráneo humano, algún muerto o símbolo satánico, era el típico amiguito que nuestras madres nunca soportaron.

Todo era parte de un montaje para infundir terror psicológico, porque por su físico, no salía con la mayoría de nosotros, mide como 5’3” y era flaco, además nunca asistió como hicimos por varios años al IAM (la escuela de Full Contact que Kuqui Reyes tenía en la Ave. Independencia).

Bueno siguiendo con la historia, J.M.G. al ver el árbol y las lianas, no pudo inventar otra cosa distinta a subirse en un muro como de 6 o 7 pies, tomar una y jondiarse gritando como Tarzán oooooooh!!! Ooooooooooooooooooh!!! ooooooooh!!!

Como nunca me gustaron las alturas, me quedé abajo como simple espectador, los demás se encaramaron y repitieron la acción una y otra vez.

Les estoy hablando de 20 carajos ya grandes, porque todos teníamos más de 15 años, colgados como primates, desafiando Ley de la Gravedad.

El árbol tenia varias lianas dispuestas, pero como comprenderán no eran suficientes como para que no se repitieran...

Finalmente una de ellas cedió, casualmente a quien le tocó fue a J.M.G., que cayó desparramado sobre sus pies en un terreno irregular.

Fue bastante cómico ver a este tipo, quien se había pasado la vida completa privando en malo, llorando como una niña tirado en el suelo, fue incluso reconfortante debo acotar, la justicia divina se estaba manifestando.

J.M.G. al caer del árbol se dobló el tobillo derecho, el cual al cabo de unos segundos adquirió un color morado y se hinchó como un globo de cumpleaños.

Al ver el espectáculo me preocupé, porque bajo esas condiciones él no podría montar en su bici para llegar a su casa y mucho menos caminar hasta ella.

Por esta causa yo y otro de los muchachos nos tiramos a J.M.G. al hombro y comenzamos a bajar por la calle con él.

Llegamos a su casa, la cual se encontraba dispuesta en el segundo nivel de la vivienda de sus abuelos, para accesar hay que subir por una escalera externa, abrir varios candados y rejas, para luego llegar a la puerta principal.

En esa casa casi nunca había agua potable, pues por su edad había sido construida sin cisterna.

El nos dijo, “espérenme aquí que me voy a poner BEN-GAY a casa…”, subió las escaleras con un poco de dificultad, abrió todas las puertas y desapareció tras ellas.

Nosotros nos quedamos sentados burlandonos sobre lo ocurrido.

Tras unos minutos escuchamos los gritos frenéticos de alguien, los mismos provenían desde el segundo piso, parecía como si a J.M.G. lo estuvieran cortando en pedacitos a sangre fría.

Debo confesar que nos asustamos mucho, estuvimos al punto de salir huyendo...

De repente, J.M.G. salió más rápido que el Corre Caminos (Road Runner), saltando las escaleras como lo hacía Félix Sánchez en sus mejores tiempos, olvidando por completo su lesión.

Ya al pié de las escaleras enfiló a la puerta de la casa de sus abuelos, la cual tras varios intentos no pudo abrir, devolviéndose en nuestra dirección.

En ese momento todos notamos que J.M.G. tenía agarrado con una mano su miembro viril, lo cual nos llenó de sorpresa, ya que el mismo presentaba una hinchazón superior a la que tenía su tobillo a raíz de la lesión sufrida al caer del árbol.

El tipo desesperado, encontró un grifo de agua y se metió bajo él…

La risa no me dejaba asimilar con claridad lo que estaba aconteciendo, lo que si tenía seguro era que la justicia divina estaba haciendo de las suyas, vengando todas y cada una de las maldades hechas por dicho personaje a cada uno de nosotros.

Tras unos minutos bajo el agua, J.M.G. se incorporó, subió la bragueta de su pantalón y se sentó bien mojado a nuestro lado.

La risa y la bulla no cesaban, mientras éste muerto de vergüenza nos explicó lo que había sucedido.

Resulta que una vez aplicado el Ben-gay en su tobillo, el loco decidió que estaba aburrido y empezó a autosatisfacerse, lo cual dada la aplicación previa de la crema, sin haber intervenido una lavada de manos antes y la fricción generada, activó la cualidad numero 1 de dicho bálsamo, la cual es nada más y nada menos que crear calor en las zonas afectadas…

Desde ese día le cambiamos el nombre, le perdimos el respeto y en cada uno de sus cumpleaños, hacíamos una colecta para comprar un tubo de BALSAMO BEN-GAY…

EL POBRE J.M.G. jamás privó en malón, creo que del tiro hasta se convirtió al Cristianismo…