¿Será el
Karma?
¡No puede ser… Si yo no puedo haber sido tan
malo en mi otra vida! Es que
las vainas que le pasan, solo se comparan con las que se merecen Adolfo Hittler,
Ramoncito Baez, Joaquín Balaguer, Nicolás Maduro, Donald Trump o Trujillo.
¿Será que
su última Ex se pegó un viajecito a San Juan y le hizo un trabajo con su brujo
de cabecera?
¡No es
factible! Ella fue quien decidió dejar la relación y él definitivamente no se
lo había ganado.
¿Qué
será? Tal vez Juan Lamour, Nostradamus
resucitado, Nuria Piera o Cristo (Si es que existe), puedan contestar...
Mientras tanto la nube negra que viaja sobre él, replicaba el Diluvio Universal
por enésima vez.
Sumido en
su mala suerte, trató de retomar la paz que había ido a buscar a ese
establecimiento, lo cual a pesar de haberse sentado en posición de loto, haber
repetido 1,000 mantras, no consiguió.
Estando en
eso el tiempo transcurrió y de repente llegó la hora del cierre, apagaron la
música, sacó su cartera, pagó la cuenta y justamente cuando se disponía a
abandonar el recinto, Alex (el Clon de Sean Penn) lo detuvo en la puerta y le
señaló el sillón donde horas antes se habían suscitado los fatídicos hechos.
Allí yacía
Platino, quien en su viaje etílico transcurría en los bazos de Morfeo. Es increíble la transfiguración que sufrimos
al dormir, en ese momento ella evocaba la imagen perfecta del bebé de las
etiquetas de compota (Gerber).
Alex le
exigió al Gordito que se la llevara, “ella no puede dormir aquí” dijo…, el
Gordito abrió los ojos como 2 monedas de medio peso, mientras juraba que no
sabía nada de ella, ni su dirección, ni su teléfono o cualquier otro dato que
sirviera para enrumbarla a su casa.
A Alex no
le importó nada, mientras lo obligó a llevársela.
En esa
discusión, entre los 2 la cargaron y la introdujeron dentro del Pegote (el
Peugeot que sirve de transporte al Gordito), al cerrar la puerta del pasajero,
los problemas de Alex habían cesado y comenzaba la segunda parte del suplicio
del Gordito.
Mientras Platino roncaba, el Gordito se rompía la cabeza buscando que hacer con ella. Revisó su cartera, tomó su celular para buscar algún número a donde llamar, de repente el Mastodonte estaba más calmado y la podía retornar como mercancía averiada, pero para su desgracia, estaba descargado.
¡NOOOO
ESTO NO ME PUEDE ESTAR PASANDO A MIII!
La otra
opción era llevársela a su casa, posibilidad que el Gordito desechó de manera
inmediata ante el prospecto de que su ex, haya estado en las mismas que él y en
un ataque de nostalgia etílica se apareciera buscando una reconciliación.
¿Qué hacer?
¿Qué hacer?
Con ella a
su lado, deambuló por la ciudad por espacio de media hora, hizo miles de
intentos infructuosos para despertarla y nada!
En su
transitar pasó por el frente de un hotel propiedad de uno de sus clientes, se
detuvo, estacionó el Pegote y se dirigió al lobby.
La cara del
Gordito delataba cuan contrariado se encontraba, al entrar el encargado que lo conocía,
le dijo:
¿Doctor cómo
lo podemos ayudar?
El Gordito
para responder trató de organizar sus palabras, no quería enviarle un mal
mensaje a aquel subalterno de su cliente, pero por más que trató, no encontró
como adornar la historia, por lo que se limitó, sin dar detalles a solicitar
una habitación.
Llenó un
poco de formularios, pagó el importe de la estadía y se dirigió al carro a
buscarla. Trató nuevamente de despertarla
y nada…
NOTA: A veces me pregunto ¿Cómo es posible que el romo le de tan duro
a algunas personas? Coño a mí nunca me
ha matado de esa manera y miren que en esta vida he consumido cualquier
cantidad…
Al no
encontrar respuesta, la sentó como pudo en el sillón, hizo un esfuerzo sobre
humano y la cargó, en aquel momento Platino obedecía al nombre de Dalila,
mientras que el Gordito al tenerla cargada se sintió como Sansón sin su
cabellera.
Es
increíble como hasta algo puramente físico como el peso de una mujer, es
relativo, porque el Gordito puede jurar con la mano derecha levantada, que en
circunstancias sexuales/reproductivas ha cargado más peso de ahí, sin ningún tipo de
consecuencia y en ese momento Platino que no es de contextura gruesa, estaba
más pesada que la economía del país.
Entre
sudores y el dolor de espalda, entró al lobby con ella en brazos, casi sin
aliento le pidió al encargado que viniera con él y le abriera la puerta de la
habitación.
El
encargado puso cara de espanto, pero no dijo nada, tal vez debido a que por su
tipo de trabajo estaba acostumbrado a atestiguar todo tipo de situaciones.
Los 3
transitaron un pasillo angosto del hotel, el Gordito hacia malabares para que
Platino no se golpeara la cabeza con la pared, llegaron a la puerta y la
abrieron, el Gordito entró, la dejó caer en la cama y tomó una bocanada de
aliento, mientras el empleado abandonó el aposento.
El Gordito
encendió el aire acondicionado, la acomodó en la cama, por un momento pensó
desnudarla, pero luego desistió limitándose a quitarle el calzado y las medias.
Eran casi
las 4 de la madrugada y estaba cansado, resacado, amargado y contrariado.
Con dolor
de espalda por el esfuerzo y de cuello por el stress, se debatió entre hacerse
un lugar en la cama y dormir junto a ella, o largarse de una vez y por todas a
su casa, para esperar el milagro de que su ex se apareciera a concederle el tan
deseado CACAO (RECONCILIARSE CON EL).
El Gordito
al tener plena conciencia de su suerte, se decantó por la segunda opción, pues de
repente si se quedaba con ella, existía la posibilidad de que al día siguiente
lo acusara de haberla abusado sexualmente, por lo que tras arroparla, abandonó
la habitación y se dirigió a su carro.
Justo
cuando estaba pasando por el lobby, el empleado lo detuvo y le dijo, “Usted no
se puede ir de aquí, esa persona llegó con usted, en muy mal estado y el
establecimiento no puede hacerse responsable y lo sabe”, al escuchar eso el Gordito sintió como 2
nubes entraban en colisión emanando rayos y centellas sobre él, por ello elevó
su grito de guerra y dijo “NOOOO ESTO NO
ME PUEDE ESTAR PASANDO A MI…”.
Comprendió
que era un prisionero de su circunstancia, por lo que para evitar cualquier
sospecha o mal entendido, se acomodó en una silla del Lobby y en ella se dispuso
a esperar que PLATINO saliera de su sueño
eterno.
Al sentir
los primeros rayos de sol de la mañana, el gordito se incorporó de la silla que
le había servido de lecho, de repente un dejo de optimismo lo embargó, tal vez
por sus buenas acciones de la noche anterior y el mal rato que pasó antes,
Platino reconocería en él, a un caballero digno de un intercambio de fluidos
corporales.
Tomó la
llave de la habitación y abrió la puerta para comprobar lo peor, la cama estaba
vacía, junto a ella un charco de reflujo gástrico y desde el baño unos sonidos
terribles similares a los de una persona en estado de agonía.
Entró al
baño, aquella imagen de la etiqueta de las compotas Gerber era historia, la
bella dama se había transformado en un guiñapo despeinado, mal oliente y
resacado.
Ella
llamaba a Juan (vomitada) regurgitando con todas sus fuerzas, en cada chorro se
le escapaba un pedazo de vida, el Gordito al ver esto le puso una mano en la
frente para sostenerla, hasta que no quedó líquido alguno en su anatomía.
Esto fue
suficiente para matar el optimismo baladí que otrora lo había embargado.
Ella se
incorporó y balbuceando dijo refiriéndose al Gordito “Mi marido me cuida”, tras
lo cual se metió en la cama por espacio de 3 horas más.
A las 10:00
A.M., Platino se levantó, vio el reloj y se le metió un sentimiento de
urgencia, ¡VAMONOS! ¡VAMONOS! ¡ME VAN A MATAR!, se calzó y salió huyendo de la
habitación.
El Gordito
hizo lo propio y salió tras de ella, ya en el estacionamiento la alcanzó, le
pidió que se calmara, se subieron al Pegote y se marcharon.
Ella lo
dirigía cual si se tratara de una carrera en un carro público, llegaron a un
edificio que estaba cerca, se desmontó y sin despedirse, como dice la canción
de Sabina, se subió a la cola de una Harley con un tipo que parecía un Chulo de
Playa, para desparecer en los anales de la historia y nunca más volver a dar
señales de vida.
Esa
experiencia demostró la veracidad del postulado que dice “ZAPATERO A SU
ZAPATO”, si usted está amargagao porque lo sumbaron, no prive en chulo y mucho
menos se deje tentar de Rubias Platino, que se cruzan para cortarnos la
cabellera y dejar una cicatriz en nuestros mancillados egos.
LO PEOR ES
QUE MI EX AL IGUAL QUE PLATINO TAMBIEN DESAPARECIO Y NUNCA ME BRINDO EL TAN
ESPERADO CACAO…
FIN